"Yo los he creado para que sean luz de otras naciones, para que le muestren salvación a todo el mundo." Hechos 13:47
Luego de 6 años de este increíble viaje a Haití, han pasado muchas cosas, pero primero me gustaría dedicar esta entrada a contarles un poco más de mi, mi abuelito Juan y mi historia con Dios.
A quienes tal vez no lo saben, soy Enfermera graduada de la Universidad Nacional de Colombia, me especialicé en Cuidado Intensivo Pediátrico e hice una Maestría en Enfermería en Cuidado Intensivo, además trabajé 6 años en la Unidad de Cuidado Intensivo (Adulto y Pediátrico) del Hospital Universitario San Ignacio, actualmente soy profesora de Enfermería Pediátrica en la Facultad de Enfermería de la Universidad Javeriana.
Mis abuelos todos fueron y son cristianos, pero cada uno con un temperamento y una historia diferente, por esas cuatro historias, por las historias de mis padres, es que soy quien soy.
Mi abuelita Nina está en el cielo desde antes de que yo naciera... allí podré conocerla!!
Mis abuelitos Ignacio y Teresa conocen a Dios desde su juventud también, y desde hace muchos años han servido a Dios a través de una librería cristiana en la ciudad de Villavicencio (Librería El Salvador, Centro Comercial Los Centauros 😉).
Juan de la Cruz Cortes Sept 14, 1918-Jun 30, 2017 |
Mi abuelo Juan vivió casi 99 años, y desde muy joven conoció a Jesús como su Salvador y toda su vida se mantuvo firme en su fe. Siendo muy joven fue perseguido y encarcelado por ser cristiano, durante toda su vida siempre dio testimonio de su fe en Cristo Jesús, todos los días leyó su Biblia, en sus últimos años lo hacía con una lupa, y en sus últimos días disfrutó que se la leyéramos y oraba con nosotros y por nosotros. Siempre lo recuerdo diciéndome: "Mija, yo oro por usted todos los días, no se le olvide." No sólo oraba por mí, oraba por todos sus hijos, sus nietos, bisnietos y tataranietos con amor y fidelidad. Sin importar cómo me iba en la universidad, en cuál hospital trabajaba o en cual universidad enseñaba, lo que siempre preguntaba era si estaba andando con Dios y si iba a la iglesia. Su prioridad nunca fue el éxito en términos de este mundo, sino vivir con Dios y para Dios.
Anoche a las 10:30pm dejó su cuerpo aquí y fue volando al cielo a por fin conocer frente a frente a Aquel a quien adoró toda su vida, en quien confió hasta el último día de su vida; ya conoce la voz que en su corazón escuchó durante muchos años, recibirá las coronas preparadas por su Rey y Señor, verá dónde fueron atesoradas todas sus lágrimas, verá cómo Su Padre escucha nuestras oraciones y cómo ama responder a nuestras súplicas.
Mis padres Juan y Stella han dedicado toda su vida a servir a Dios como misioneros a las tribus indígenas, con la organización antes conocida como New Tribes Mission, ahora Ethnos 360 (https://ethnos360.org) .
Crecí en diferentes lugares de Colombia, rodeada de personas de muchos países, con culturas e idiomas diferentes, crecí acostumbrada a la diferencia y la variedad, también crecí acostumbrada a los cambios y a las nuevas experiencias. También crecí escuchando sobre la necesidad y sufrimiento que hay en muchos lugares del mundo, crecí sabiendo que muchas personas nacen, viven y mueren sin escuchar la historia de Dios y su amor por el mundo a través de Jesús, también crecí sabiendo que en muchos lugares del mundo no hay agua, luz, servicios de salud ni estabilidad o seguridad. Crecí consciente del dolor que la humanidad sufre constantemente.
Crecí sin lujos ni muchas comodidades, crecí escuchando a mis padres orando y confiando en la provisión de Dios para nuestra familia mes a mes, y crecí viendo la respuesta de Dios, proveyendo para cada necesidad e incluso con detalles extras hermosos. Crecí sabiendo qué es vivir por fe.
Leyendo todo esto, es posible que piensen que he sido una cristiana fiel y valiente desde que a los 3 años de edad creí y acepté a Jesús como mi Señor y Salvador, podría decirles que no sólo soy cristiana de cuna sino de convicción. Pero como es sabido en nuestro medio cristiano, la fe no se hereda, es personal. Debo reconocer que la bendición de Dios siempre ha estado sobre mi familia por la fe de mis abuelos y padres, pero la convicción en mi corazón y mi relación personal con Dios no han sido tan fieles como El lo ha sido.
Sin embargo, por su gracia y amor, El hace todo nuevo, es paciente y no se cansa de darnos más oportunidades y cumple sus propósitos, y Su propósito para mí ha sido usarme para amar y cuidar a personas con necesidades de salud y espirituales en lugares de sufrimiento y pobreza. La primera vez que pude disfrutar del privilegio de responder a Su promesa, fue en Haití, hace 6 años, en ese momento sólo tenía 2 años de experiencia como enfermera.
Al regresar de este viaje decidí avanzar en estudios de posgrado para tener una mejor preparación para servir a Dios y a los pacientes que quería ayudar regresando a Haití o en otros lugares de necesidad. Sin embargo, durante este tiempo de estudio fuerte y trabajo, mi corazón y mi espíritu se alejaron de Dios, tomé decisiones equivocadas, y aprendí lo que significa vivir sin Dios como prioridad, guía y fuente de amor verdadero. Pero El es tan misericordioso y amoroso, que luego de 5 años de distancia, dolor, rebeldía y confusión, intervino de manera sobrenatural para que lo conociera personalmente, para sanarme y restaurarme en la Iglesia El Lugar de Su Presencia (http://supresencia.com).
Toda la preparación académica y laboral, así como la nueva vida espiritual que tengo con Dios, es lo que me ha llevado nuevamente a escuchar esa voz llamándome a cumplir el propósito para el cual fui creada. A través de muchísimos textos bíblicos ha brillado nuevamente en mi corazón esa pasión por servirle a Dios, la llama que por un tiempo estuvo a punto de extinguirse, hoy arde sin que nada pueda apagarla, porque la ha encendido El!! (Ezequiel 20:47-48).
"Tu misión será abrirles los ojos para que salgan de la oscuridad a la luz, para que pasen del poder de Satanás al poder de Dios." Hechos 26:18
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