Milagros: 2508 + 1
Fue muy emocionante para mí ver a Fadimatou y su bebé listas para regresar a casa, después de haber pasado por muchos meses de esfuerzos y por fin ver el milagro completo, ahora Mass-Odatou tiene una nariz y una boca normales.
Así como ella, en total 2508 pacientes recibieron cirugías gratis a través de Mercy Ships, 1000 fueron hospitalizados en el Africa Mercy (el barco ;), y de estas cirugías 334 fueron cirugías maxilofaciales (los pacientes que yo pude conocer y cuidar más de cerca).
Así como ella, en total 2508 pacientes recibieron cirugías gratis a través de Mercy Ships, 1000 fueron hospitalizados en el Africa Mercy (el barco ;), y de estas cirugías 334 fueron cirugías maxilofaciales (los pacientes que yo pude conocer y cuidar más de cerca).
2142 adultos y 366 niños recibieron un milagro que parecía imposible de lograr. Dios les dio la oportunidad de cambiar su tristeza por gozo, su vergüenza por valentía, su derrota por victoria, y su debilidad por fuerza.
Como les conté en la entrada anterior, el proceso de nuestros pacientes para recibir el milagro no fue fácil, hubo dolor, cansancio, miedo y mucha paciencia. Todos los que han estado hospitalizados y han pasado por una cirugía saben que no es fácil, pero vale la pena cuando significa una oportunidad para vivir mejor. Para que estos milagros se hicieran realidad, hubo miles de personas involucradas, no sólo los voluntarios que vinimos a trabajar en el barco, sino muchas personas alrededor del mundo donando económicamente para sostener esta tarea gigantesca y muchas personas más orando. Orando por todos nosotros y por nuestros pacientes. Orando por nuestra salud física, emocional y espiritual, orando por protección, orando por alegría, orando por fuerzas y energía para trabajar, orando y orando.
Pero, yo también recibí un milagro aquí.
No, no encontré a "the one", todavía no... jajaja!
Como saben, he estado compartiendo sobre el plan de continuar sirviendo aquí por un año mas, y además participar en el entrenamiento que ofrece Mercy Ships. La meta de 10mil dólares incluía tiquetes aéreos, alimentación, vivienda y gastos personales. Pero era una meta muy grande que parecía imposible.
A pesar de compartir por redes sociales, orar mucho, recibir el apoyo verbal y en oración de muchas personas alrededor del mundo, las donaciones que llegaban no eran suficientes. Y el tiempo corría. Para principios de Mayo debía tener al menos el 75% del presupuesto para poder viajar a Texas al entrenamiento y poder volver a Guinea, y a mediados de Abril tenía menos del 10%.
Llegué a sentirme muy desilusionada y frustrada por no ver la provisión de Dios respaldando el sueño que Él había puesto en mi corazón. Tenía que escribir correos electrónicos con la respuesta que más temía: "tengo sólo xxx dólares". Invertí mis ahorros, pero no eran suficientes. Y el tiempo seguía corriendo.
Llegué a sentirme muy desilusionada y frustrada por no ver la provisión de Dios respaldando el sueño que Él había puesto en mi corazón. Tenía que escribir correos electrónicos con la respuesta que más temía: "tengo sólo xxx dólares". Invertí mis ahorros, pero no eran suficientes. Y el tiempo seguía corriendo.
Cada día, muchas veces al día, me angustiaba y volvía a orar: "Por favor, Papá, déjame ver tu poder", "Por favor, Papá, no me dejes avergonzada", "Por favor, Papá, no quiero tener que renunciar al trabajo que ya me diste", "Por favor, Papá, este es el trabajo de mis sueños, amo servirte, no quiero tener que dejarlo". "Papá, tú eres el dueño del universo, por favor abre los cielos y envía tus tesoros celestiales para poder seguir sirviéndote aquí." "Papá, nada es imposible para ti, por favor provee."
Dios usó estos meses de espera, luchando con el miedo y la angustia, para fortalecer mi fe, para acercarme más y más a Él, para poder llegar al punto en el que pude abrir mis manos y decirle: "Papá, lo que sea que pase, tú sigues en control. Tú usas todo para bien, y a donde quiera que vaya, sea a Guinea, a Estados Unidos o a Colombia, tú vas a estar conmigo y yo voy a seguir sirviéndote. Voy a disfrutar las semanas que todavía tengo aquí, y voy a agradecerte los 6 meses que me diste en Camerún. Voy a darte gracias por los planes para el futuro, porque son buenos y vienen de tu corazón."
Salmos ha sido el libro perfecto para orar, llorar, y encontrar en Dios mi consuelo, mi refugio, mi esperanza, mi protección y mi sustento. Podría escribir aquí muchos, muchísimos versículos que Dios usó para darme paz y esperanza, la verdad es un poco difícil escoger unos cuántos.
"Cuando la presión y el estrés se me vienen encima, yo encuentro alegría en tus mandatos." (Salmo 119: 143).
"Hazme andar por el camino de tus mandatos, porque allí es donde encuentro mi felicidad. Dame entusiasmo por tus leyes en lugar de amor por el dinero. Aparta mis ojos de cosas inútiles y dame vida mediante tu palabra. Confirma a tu siervo tu promesa, la promesa que hiciste a los que te temen." (Salmo 119: 35-38)
"Cuando la presión y el estrés se me vienen encima, yo encuentro alegría en tus mandatos." (Salmo 119: 143).
"Hazme andar por el camino de tus mandatos, porque allí es donde encuentro mi felicidad. Dame entusiasmo por tus leyes en lugar de amor por el dinero. Aparta mis ojos de cosas inútiles y dame vida mediante tu palabra. Confirma a tu siervo tu promesa, la promesa que hiciste a los que te temen." (Salmo 119: 35-38)
"Aún así, él sintió compasión por la angustia de ellos, y escuchó sus clamores" (Salmo 106:44)
"Busquen al Señor y a su fuerza, búsquenlo continuamente." (Salmo 105:4)
"Busquen al Señor y a su fuerza, búsquenlo continuamente." (Salmo 105:4)
"Llevé mis problemas al Señor, clamé a Él, y respondió a mi oración". (Salmo 120:1)
Cada vez que oraba, en mi corazón el Espíritu Santo me respondía con mucha paciencia y amor: "Tranquila, confía, espera."
A finales de Abril, tuve la oportunidad de compartir mi testimonio en una reunión aquí en el barco, sobre mi historia, cómo llegué al barco y cómo había sido mi experiencia hasta ahora, y luego de recibir varios agradecimientos por haber compartido esto, pensé que podría ser bueno publicar este testimonio en la intranet de Mercy Ships. Honestamente, no pensé en esto como una estrategia para levantar fondos, sino como una manera de animar a los demás voluntarios no sólo aquí en el barco sino alrededor del mundo (en las diferentes oficinas nacionales en Europa y en Estados Unidos). Luego de pensarlo bastante, el 16 de Mayo publiqué mi testimonio en el blog de la intranet, y recibí varios comentarios positivos, realmente no esperaba que algo más pasara.
Pero ese era el día que Dios había destinado para responder mis oraciones, las oraciones de mi familia, amigos en Colombia, amigos en Estados Unidos y amigos aquí en el barco. Dios usó sólo ese blog para que una persona en la oficina en Texas lo leyera y lo enviara a una empresa americana, quienes al leerla decidieron apoyarme completamente. Textualmente dijeron: "Todo lo que necesites para servir en Guinea."
Después de 5 meses de orar, llorar, esperar, confiar y caminar por fe, Dios proveyó. Proveyó todo lo que necesitaba en un sólo día, exactamente un mes antes de comenzar el entrenamiento, un mes antes de la fecha límite para pagar el tiquete a Guinea. Él es el dueño del tiempo.
Dios respaldó el sacrificio de no viajar a mi país para ver a mi familia, al aceptar ir al entrenamiento en Texas. Dios respaldó mi fe al aplicar a la visa americana y al postularme a un cargo de liderazgo en el hospital. Dios usó lo único que yo tenía para ofrecer, la única estrategia que podía intentar usar para compartir mi pasión con otras personas, las letras que puedo escribir. Pero fue con Su amor y Su poder que cumplió Su voluntad y a la vez el deseo de mi corazón.
Me tomó más de una semana poder sentarme a escribir esta entrada, tal vez pueden imaginarse todo lo que sentí al recibir el milagro de Dios para mí. Ahora mismo, mientras escribo y escucho música, tengo que hacer pausas para respirar profundo y no empezar a llorar (otra vez).
Me tomó más de una semana poder sentarme a escribir esta entrada, tal vez pueden imaginarse todo lo que sentí al recibir el milagro de Dios para mí. Ahora mismo, mientras escribo y escucho música, tengo que hacer pausas para respirar profundo y no empezar a llorar (otra vez).
Me siento feliz, amada, y honrada por la bendición de que Dios me da al proveer para poder seguir sirviendo en el Africa Mercy. Puedo decir que estos meses de espera valieron la pena no sólo por la respuesta a mis oraciones, sino por cómo Él usó este tiempo para atraerme a Él diariamente, continuamente. Lo amo a Él porque Él me amó primero.
El proceso y el milagro me han permitido conocerlo a Él, confiar más en Él y he podido entender que Él sólo anhela que nuestro corazón esté unido al suyo, las cosas materiales, las circunstancias pueden cambiar pero Él quiere que sepamos que siempre está ahí, y que al abrir nuestras manos, soltando nuestros sueños y nuestros miedos, podemos tomar Su mano y caminar con Él.
No hay sombra que tú no ilumines
Montaña que tú no escales
Para ir tras de mí
No hay muro que no destruyas
Mentira que no destroces
Para ir tras de mí
Oh, me persigue, pelea hasta encontrarme, deja las 99 atrás
No podría ganarlo, y no lo merezco, pero aún así, te entregaste a ti mismo
(Reckless Love, Cory Asbury)
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