Bebés de Chocolate y dos corazones rotos.

Hoy me di gusto atendiendo mis pacientes favoritos: niños y bebés.
Todos sonrientes, a pesar de estar enfermos, con hambre, descalzos, el brillo de sus ojos es imposible de ignorar, es cautivante.
Las madres de estos niños que atendí, llenas de amor, con manos vacías, sin poder darles agua ni alimentos tanto como ellas quisieran, pero cada bocado que ellas pueden recibir, se lo dan a sus hijos, los protegen del viento y del sol, los visten lo mejor que pueden para ir a visitar al doctor.
Hoy las lágrimas fueron más fuertes que yo, otra vez.
Estábamos atendiendo los últimos pacientes, yo estaba cansada, me dolía la cabeza por tanto inglés y el esfuerzo continuo de aprender créole, además vimos muchísimos pacientes hoy, muchos más que ayer.
Charles (se pronuncia Sharlé) es una mujer de 50 años que al preguntarle cuál era su problema, dijo que solamente se sentía débil y no tenía hambre. Luego nos dijo (al intérprete, y a mí) que 4 de sus hijos habían muerto en el terremoto el año pasado.
Miró al cielo, señaló con un dedo hacia arriba, levantó sus hombros, los dejó caer, y empezó a llorar.
Mi corazón se rompió con el de ella.
Lágrimas brotaron de mis ojos.
Sólo pude tomar sus manos, arrodillarme y llorar con ella.
¿Qué puedes hacer frente a tanto dolor?
Le pedí al director del ministerio (Nehemia Vision Ministries) que orara por ella, la abracé, fui por sus vitaminas mientras me daba un respiro y trataba de tranquilizarme.
Al regresar le dije que iba a orar por ella todos los días, que podía ser mi mamá haitiana, porque aquí no tengo familia, sonrió y preguntó si la iba a llevar a mi casa, me reí con ella y le dije que no, pero que de pronto podía volver después. Me dijo que sí volvía tenía que ir a visitarla, que me recibía con los brazos abiertos. Le pedí que orara por mí para que Dios me dijera si quería que volviera para quedarme más tiempo. En medio de sus lágrimas me sonreía y me abrazaba.
Sólo el amor, la misericordia y la gracia de Dios puede sanar un corazón roto.
Oro por el corazón de Charles, que pueda conocer y disfrutar el inmenso amor de Dios a pesar de su tragedia.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

My pain, His Compassion

Learning to Serve

Disfrutando el Presente